cartas colectivas: Galapagos!!!

Martes 19 de junio del 2007

Queridas todas y todos,

Aquí estoy, de regreso en Quito, procedente de las Islas Galápagos!!! Roxana se quedo trabajando. Hoy me baje del bote donde viví una semana, visité el Centro Darwin en la Isla Santa Cruz, me subí a un avión, llegué a Quito, me bañé con agua caliente por primera vez en una semana y todavía la cama se me mueve un poco, sigo con el vaivén del agua metido adentro. Bonito recuerdo físico de la semana que pasé en Galápagos.

Galápagos, tantos significados para mí: islas casi míticas, en medio del Pacífico, en la misma cordillera oceánica que la Isla del Coco, Charles Darwin, evolución, animales únicos, ….. Es otro de los lugares que llenó mis expectativas con creces.

Luego que decidí venir de visita a Ecuador pensé que esta vez me iba a regalar un viaje a las Islas Galápagos. El día que llegué a Quito (29 de mayo) me fui caminando al centro a buscar un viaje. Había decidido que lo que quería era un viaje de una semana en un bote (el día de llegada y de salida no se cuenten pues se usan en el viaje, las distancias entre islas son muy grandes por lo que en viajes de un día se gasta todo el tiempo en el trasporte, es parque nacional y la mayoría de los sitios solo se pueden visitar con guía, etc.). Por dicha que lo hice en ese momento pues aunque era temporada baja, todo estaba ya tomado. Por fin encontré un campo en un bote pequeño, el Flamingo, para 10 pasajeros, de 5 dormitorios, para la última semana de mi estadía, del 12 al 19 de junio. En los botes más grandes hay que coordinar con muchas personas, es más impersonal y sobre todo, mucho más caro pues lo que están vendiendo es el bote, no el lugar. La comida excelente, demasiada, con imaginación, aunque demasiado internacional para mi gusto. Me tocó compartir habitación, con baño privado (como del tamaño de un closet, con una ducha de agua fría de mano) con un hombre joven alemán, Toby, muy simpático. Calzamos muy bien, así es que ese día yo tenía una buena estrella.

El guía naturalista, Alfonso, nos recogió en el aeropuerto, nos llevó al bote, almorzamos, visitamos tortugas de tierra grandes (galápagos) en la Isla de Santa Cruz (donde está la mayor población humana) y navegamos toda la noche hasta llegar al primer lugar del tour. Todos los días visitábamos alrededor de dos lugares, haciendo una o dos excursiones a tierra a ver algo y luego hacíamos snorkel una o dos veces. Rutina entretenida. Obviamente solo pude ver una porción muy pequeña del lugar.

Estaba preocupada por no poder tomar buenas fotos porque mi cámara está muy viejita y no tiene gran capacidad de acercamiento (zoom) ni esas cosas que hacen que las fotos no se muevan, cosas importantísimas para tomar fotos de animales, pero no fue problema. No había acatado que lo más importante que tiene Galápagos es que los animales no le tienen miedo a las personas, que dejan que una se acerque sin problema, que más bien hay que protegerlos e insistirle a las personas que no los pueden tocar porque se pueden morir con el contacto humano. Esta es la magia de estas islas, el poder compartir con los animales sin miedos mutuos y creo que esta experiencia lo cambia a una, un poco un antes y un después de ir a las islas Galápagos.

Fotos, difícil escogencia. No he podido procesarlas todas, son demasiadas, son impresionantes y solo pueden ayudarme a comunicar lo que vi y viví. En algunas estoy yo porque era la protagonista con los animales, pero también para mostrar tamaño y cercanía de los animales con las personas. No he podido bajar el número, así es que las voy a poner al final de la carta.

El agua era súper transparente, excelente para bucear. Sin embargo, es helada, helada, helada… sin palabras. Alquilé un traje de bucear para hacer snorkel y no me congelé tanto, pero hubo días que nadie quiso meterse al mar, aunque el agua era transparente y la arena blanca, más clara y limpia que en una piscina.

Fui a bucear el último día. No estaba en mis planes por el costo y porque el lugar me recordaba mucho al buceo en la Isla del Coco y mi accidente, pero me alegro mucho de haberlo hecho. Preciosos los dos lugares a los que fui, miles de peces, tortugas, tiburones, manta rayas. Haciendo snorkel vi un caracol grande, cuyo animal (babosa) era rojo, colorado, con puntos azules fosforescentes. Fue increíble bucear y hacer snorkel con leones marinos que juegan con una, con las burbujas. Interrumpen. Lo único que todavía no he visto es un pez martillo. No tengo buenas fotos de los animales bajo el agua, pero aquí va una tortuga marina y una manta, tomados desde la superficie. En uno de los snorkels vi pingüinos nadando y son rapidísimos.

Sitio del buceo

Como piscina pero fria

Detalles:

-El barco encalló!!! Llegamos a abastecernos de agua, la marea bajó más de lo calculado y nos quedamos sentados en el fondo. Hubo que esperar varias horas hasta poder salir con la marea. Por mientras el barco se inclinó más de 45°!!!

-No hay refrescos de envase desechables en las islas!!! Inteligentes, bajan la basura en un montón.

-No encontré basura en el mar a la hora de hacer snorkel, ni siquiera en los lugares con más turistas, ni una sola bolsa plástica, botella, lata, etc.

-Como es parque nacional y están tratando de que el impacto de los turistas no sea demasiado, todas las visitas tanto a tierra como en el mar, están reguladas. Los grupos tienen que ser a lo más de 16 personas, solo puede haber un grupo en un lugar al tiempo, esperando a que el grupo se mueva para ir uno, hay una ruta y horario predeterminado, con permisos especiales, balanceando el número de personas que llegan. Por eso los barcos grandes, con más de 100 pasajeros, afectan tanto. Un solo barco acapara un sitio. Cuando estaban con nosotros, para no tener que esperar a todos sus múltiples grupos, iniciábamos la gira a las 7:30am.

-El trabajo de la mayoría de la gente de Galápagos gira alrededor del turismo. La tripulación del barco nuestro, situación típica, baja a tierra una noche por semana, cuando cambian los grupos de turistas. No pueden bajar siquiera a los sitios (excepto en dos que les construyeron una cancha de futbol para que hagan ejercicio). De los 5 tripulantes ninguno estaba casado en ese momento. Obviamente los comentarios eran en el sentido de que la mujer podía irse con otro, no de lo sola y difícil que sería la vida de pareja en esas circunstancias para una mujer. Un pasajero le preguntó a Alfonso, nuestro guía, si había mujeres naturalistas y la respuesta fue que sí, pero que no era trabajo adecuado pues el clima nos afectaría mucho la piel, haciendo que nos viéramos muy mayores y que además habría problemas con la tripulación, demasiados hombres para una sola mujer. Es un ambiente muy masculino, me imagino que como de ejército tradicional. Además, creo que el hecho que una esté viendo especies de animales en sus cortejos, apareamientos, etc., hace que el ambiente esté muy cargado sexualmente.

-Por dicha nadie del bote, ni nosotros los turistas, ni la tripulación, decidió poner música, sobre todo luego de oír la música de los trasportes públicos de acá, no solo por escogencia sino también por volumen. Lo que si no perdonaba la tripulación era ver el Chavo del Ocho todas las tardes. Hasta nosotros nos uníamos de vez en cuando.

-Los tripulantes al verme tejer, me llamaron “artesana”, y lo hicieron sonar como un cumplido.

Bueno, decidí escribir esto la misma noche que llegué porque estoy todavía llena de imágenes, olores, sabores, sonidos. Ojalá los hubiera podido compartir con ustedes. Estoy llena de pensamientos extraños: si Charles Darwin y los científicos de esa época y los que han seguido, no le hubieran dado tanta importancia y respeto a este lugar, en este momento no estaría, se hubiera perdido la magia de la convivencia sin miedo entre humanos y animales.

Gracias por todo, Silvia

Las famosas tortugas galápagos