Wednesday, February 14, 2007

mis 55 años!!


Hola todos y todas,

Un año más, de los 54 a 55, del 2006 al 2007.

Mi cumpleaños fue el viernes 2 de febrero (55!!), y decidí celebrarlo con una reunión en mi casa, donde quería que hubieran estado todas y todos ustedes. Sé que eso no fue posible y me hicieron falta cada uno y una de ustedes. Lo siento.


La iglesia católica llama el 2 de febrero la fiesta de las candelas o de la virgen de la candelaria. Esta institución usó la fecha de una celebración occidental, europea, previa, pagana, llamada Imbolc, (que significa dentro del vientre). El 2 de febrero era tradicionalmente en occidente, una de las fiestas de brujas, junto con los otros puntos medios entre los equinoccios y solsticios (2 de febrero, 1 de mayo, 1 de agosto y 1 de noviembre). Así es que ahora tienen una buena explicación de por qué me veo así!!!

Me di cuenta que tenía muchas fotografías de mis
actividades este año, por lo que organicé los
EVENTOS, con “evidencias gráficas”. A mí lo
que más me importa son las personas y también
tenía interés de ver cómo me veía yo ese año,
así es que las fotos escogidas son de este tipo
(y obviamente escogí en las que me veía mejor!).
Durante la fiesta llené una pizarra con fotos y
una segunda versión (Jimena me revisó
una primera versión) de lo que a continuación
presento.


No tenía fotos de todos y todas ustedes, así es que hay grandes faltantes. Además, no tenía fotos de los apoyos, de la compañía, de los dolores, de las angustias, del pánico, de las alegrías, en fin de las emociones, por lo que en esto sí hay un vacío enorme en fotos.

Lo siguiente fue una reflexión que hice, antes de mi cumpleaños, de mi año, que quiero compartir con ustedes. Gracias. Silvia

En enero regresé de San Diego. Me había ido en noviembre del 2005, pues operaron de emergencia a mi hija Jimena de la espalda. Tuvo daño en los nervios de la pelvis, por lo que perdió sensibilidad genital y tiene la vejiga paralizada. Fueron dos largos meses, acompañándonos ella, yo y su compañero Alex: tristes, duros, con esperanzas, con tezón, con gran admiración de la fuerza de mi hija, con un dolor grande de ver que no la podía ayudar, con tristeza de que sus dolencias no se compusieran.




Mientras estuve en San Diego, en enero, la casa de la finca de la familia en Llano Grande, hecha por mis papás, Dora y Manuel, donde yo crecí, dejó de ser nuestra y pasó a manos de nuestros primos, luego de un larguísimo y doloroso proceso de separación de bienes. Tanto la casa como mis primos quedaron fuera de mi alcance. Todavía se me estruja el corazón, no he terminado este duelo, ni siquiera he tenido tiempo de asimilarlo.



Decidí celebrar mi cumpleaños (54) con un viaje a la Isla del Coco, a más de 500 kilómetros de distancia de tierra firme costarricense. Lugar especial, lleno de verde, de agua, de océano transparente, profundo, lleno de vida, especialmente animales marinos grandes. Ahí tuve un accidente: salí del buceo casi al inicio, porque no me sentía bien, y al salir el bote se había ido (invitaron al botero a comerse una pizza), abandonándome. Una fuerte corriente me llevó hacia alta mar. Duré más de una hora a la deriva, mientras se dieron cuenta de mi ausencia, mientras iniciaron la búsqueda y mientras me encontraron. Terapia, sostén de parte de mis amigos y amigas y familiares, ha ayudado a que hoy me sienta mejor. Ya me puedo recordar eventos alrededor del suceso. Todavía no puedo o no quiero o ambos, acordarme de cómo me sentí o qué sucedió mientras estaba con pánico en el mar.

De las pocas fotos que tengo. Fue tomada como dos días luego del accidente, todavía con cara perdida.

Aquí tengo mejor cara, ya de regreso.

En mayo mi hijo Pedro me invitó a acompañarlo en un viaje a la República Checa, donde iba a participar en un torneo de Magic (no entiendo cómo se juega). Decidí ir a pasear a España antes, así es que fui y visité amigos y ellos y ellas me chinearon un montón: Rolando, Ivo y Thelma, Maríajo y Dori. Estuve en Madrid, Granada, Motril y Salamanca.





Con Pedro visité Praga, Cesky Krumlov y Kutna Horda y me fascinaron. Disfruté de la compañía de mi hijo, de la arquitectura, de lo amigable de la gente, de la naturaleza, de la música, del río, de lo europeo.





VISITAS

Este año tuve el privilegio de compartir con personas muy cercanas a mí que viven en el exterior:

-Pasé de noviembre a enero con Jimena y su compañero Alex en San Diego.

-Visité en ese período de tiempo con mi amiga Oliva, que vive en San Diego.


-Mi hija Jimena vino a recuperarse un poco y se quedó conmigo de febrero a junio.

-En agosto brindé posada a David y Susana, amigos de Jimena y míos.

-Mi amiga LaVerne estuvo en febrero con su amiga Joyce y luego regresó en mayo.


-Mi amiga chilena Carmen Gloria, con la que he compartido largos períodos de mi vida, cuyo viaje de paseo se vio truncado por la emergencia con mi hija el año pasado, regresó de visita en agosto a Costa Rica.


VIAJES CORTOS

Aparte de los viajes comentados antes, estuve en muchos lugares de mi país y en Bocas del Toro, Panamá:

Monteverde con Joyce, LaVerne y Jimena

Punta Leona con Pedro y Jimena


Arenal con Xinia, Mariel y Jimena


Santa Cruz con Margarita



Zona Norte con May y luego con Vicky




Subí al Cerro Chirripó con Roxana



Caminatas dominicales con Mario

Tortuguero con mi hermana Eugenia



Bocas del Toro con Margarita, Marta y Cristina y luego con Roxana, Rochi, Estela, Marta y Cristina.





De agosto a la fecha decidí irme a refugiar a Punta Uva y fui generosamente adoptada por mis amigos Selvin y Blanca. Su cariño, respeto, comprensión, ayudados por el mar (¡!!), la playa, el sol, la lluvia, los animales, la exuberante vegetación, me permitieron poco a poco, un paso al tiempo, respetando y reconociendo mis miedos al mar, ir sanando. Ya volví a hacer snorkel, a bucear otra vez y a disfrutar ambos.



Fue también un año con cambios de status: se me acabó la regla, me divorcié y quedé viuda de acuerdo a la iglesia católica (larga y extraña historia)


Además, mi mamá cumplió 80 años y se lo celebramos. Ahora ha ido perdiendo cada vez más sus capacidades como consecuencia de su enfermedad de Alzheimer. Es la tercera generación femenina de su familia que conocí personalmente con esta enfermedad. Todo esto ha tenido y está teniendo un gran efecto en mí.









Ha sido un año de mucho movimiento para mí, sobre todo del tipo interno con ayuda de mis amigas, familia y mi terapeuta Ginnette: revisión de relaciones madre-hija, aceptar la fragilidad propia, tratar de ver mis miedos, saber que mis prioridades cambiaron, …

También fue un año de memorias y/o recuerdos: cómo recuperarlos, cómo borrarlos, cómo guardarlos, cómo usarlos, cómo me afecta que personas que quiero y me quieren no se acuerden ya de mí, cómo existo con base en las memorias de las personas, cómo yo me defino por lo que me recuerdo, cómo escribirlos, debo o no compartirlos, tienen o no importancia, ….

Un abrazo a cada una y a cada uno de ustedes. En estos días acabo de regresar a vivir a San José. No tengo muy claro por qué, pero tengo una sensación que se inicia otra etapa, que es posible que salgan proyectos nuevos. Quién sabe… es capaz que nos vemos pronto y quién sabe adónde. Por mientras, aquí los y las espero. Silvia